La velada de ayer será recordada por los que asistimos a ella con la
gratitud con que se evocan los buenos momentos de la vida, los placeres
duraderos, los que dejan poso y se viven con calma íntima. Imanol nos
contó la historia de su fascinación por la obra de Robert Nye y los
entresijos del trabajo como traductor de poesía, recitando sus poemas y
emocionándonos. Nacho Alonso además, nos hizo disfrutar de la buena
música, la misma que en otro tiempo escuchara el propio escritor.
Gracias a los dos y al maravilloso público que nos acompañó.
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